Con qué tersa dulzura
me levanta del lecho en que soñaba
profundas plantaciones perfumadas,
me pasea los dedos por la piel y me dibuja
en le espacio, en vilo, hasta que el beso
se posa curvo y recurrente
para que a fuego lento empiece
la danza cadenciosa de la hoguera
tejiédose en ráfagas, en hélices,
ir y venir de un huracán de humo-
(¿Por qué, después,
lo que queda de mí
es sólo un anegarse entre las cenizas
sin un adiós, sin nada más que el gesto
Julio Cortázar
3 comentarios:
He pensado qué comentar. Busqué en google interpretaciones del poema que has elegido y no encontré ninguna. Leí el poema detenidamente e investigué el significado de alguna palabra que no tuviera clara... y sigo sin entenderlo y por ende, sin saber qué decir. Es aquí dónde el silencio cobra importancia: libera del peso de tener que fundar una realidad/irrealidad.
Pero lo intentaré: creo que Cortazar habla del momento preciso en que uno despierta, después de un lindo sueño (no siempre es un lindo sueño, pero recordemos que Cortazar habla de sí mismo, bueno, eso creo), y recuerda al ser que en ese momento le apasiona -recuerda una ausencia- y el deseo del otro le hace entregarse imaginariamente a él. Pero al fin, después de inundarse de placer, de llenarse del otro -del imaginario-, se descubre solo, pues, no hay de quién despedirse, sólo hay un "anegarse entre las cenizas sin un adiós, sin nada más que el gesto de liberar las manos".
¿Tú qué piensas?
Breves momentos (mios) que se esfuerzan por encontrarse en otros escritos, en otros momentos, Ya sabes, aquella necesidad de saberse en alguien mas. Es que la ausencia me apasiona y la soledad me acompaña.
Pienso en que nada esta claro, y nada construido.
Además que ahora mismo, no hay un ser que me apasione.
No entiendas, no importa.
No hay adiós.
(por cierto, ¿te gusta el café?
A mi me reconforta,sobre todo el aroma...)
sí, me gusta.
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